Los árboles patrimoniales son elegidos por su importancia cultural, histórica y ambiental. Este mes, 22 nuevos ejemplares de distintas especies obtuvieron esta distinción y ahora son 448 árboles los que cuentan con esta protección especial en Quito.
Plazas, conventos, parroquias y predios privados están adornados con estas plantas, que se destacan de las demás por el letrero que indica su especie y su antigüedad. Estos rótulos buscan que las personas se informen más sobre cada especie y contribuyan a su cuidado y conservación.
Verónica Arias, secretaria de Ambiente de Quito, cuenta que el proceso se inició en el 2015 con la declaración de 354 árboles que fueron evaluados científicamente en un proceso de investigación, que contó con la participación de los ciudadanos. El 50% de lo declarado ha sido por pedido de la sociedad civil.
En el 2017 se sumaron 76 árboles y la lista se completa con los 22 recién declarados, que están ubicados en la Plaza de la Independencia, Convento de Santo Domingo, Convento de San Francisco, Plaza Santo Domingo, Instituto Metropolitano de Patrimonio, Casa Gangotena, en la exmaternidad, Yunguilla, Jipijapa y Tumbaco.
En la Plaza de la Independencia, por ejemplo, los dos arces designados patrimoniales son los únicos de su especie que hay en el Distrito y no se conoce cómo llegaron hasta la ciudad. Otro de los árboles reconocidos tiene alrededor de 200 años y la historia revela que Simón Bolívar se sentó en el pasado bajo este ejemplar. También se destaca en la lista el Huila, ubicado en el Ilaló, que tiene 1 800 años y es considerado como sagrado por algunas culturas.
La declaratoria también les da una protección extra a estas plantas. La tala o poda sin autorización, ya sea en predios privados o públicos, implica una sanción de dos salarios básicos unificados y la obligación de emprender acciones de reforestación, dependiendo de la antigüedad y especie del árbol afectado.
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