Casi 1,000 estudios científicos «apuntan en una dirección: la naturaleza no solo es agradable de tener, sino que es una herramienta imprescindible para la salud física y la función cognitiva«
El cambio climático es consecuencia de las emisiones indiscriminadas de gases con efecto invernadero procedentes, principalmente, de la quema de combustibles fósiles. Las actividades humanas emiten 11 gigatoneladas de carbono (GtC) anuales. A día de hoy, la mitad de estas emisiones nos salen gratis desde el punto de vista climático: 3 GtC son absorbidas por los ecosistemas terrestres y 2,5 GtC por los océanos.
Casi un billón de hectáreas de tierra, 900.000 millones para ser exactos, serían necesarias en todo el mundo para sembrar los árboles que se requieren para contrarrestar la crisis climática actual.