El papel de las masas arbóreas en el ciclo del carbono, de este modo, es un aspecto capital a la hora de entender su importancia para el medio ambiente.
La misma fotosíntesis es la que hace que absorban el CO2 presente en la atmósfera, liberando oxígeno a cambio. Es decir, la reforestación, así pues, constituye una manera eficaz de luchar contra el cambio climático.
No en vano, el dióxido de carbono o CO2 es uno de los gases de efecto invernadero que más contribuyen a su avance.
Por pasiva, la deforestación supone un aumento de los gases de efecto invernadero. No solo porque muchos de ellos se descomponen y liberan buena parte del CO2 que absorbieron, sino también porque su transformación industrial pone en marcha una cadena de producción que también multiplica la contaminación.
Se estima que una quinta parte de las emisiones de los gases de efecto invernadero es consecuencia de la deforestación en la Amazonia, distintas zonas de Asia y otras regiones.
FUENTE: Ecología Verde